Perros, demasiado humano. El documental que da voz a los héroes de la protección animal

11 Abr Perros, demasiado humano. El documental que da voz a los héroes de la protección animal

Cada día ella se levanta pronto, para ir a la protectora a limpiar en lugar y dar de desayunar a los animales que la habitan. Después se prepara para el trabajo y se marcha rápidamente. Cuando acaba su jornada laboral vuelve al refugio para pasear con los perros, para subir a las redes sociales la adopción de alguno, para dar la “bienvenida” a otra pobre alma abandonada… Ella tiene muchos nombres, también de hombre, porque es la imagen de todos aquellos voluntarios que día a día ocupan su tiempo en mejorar la vida de los animales de las protectoras. Clara López Cantos, la directora del documental Perro, demasiado humano, conoció el trabajo que llevan a cabo estas asociaciones solidarias a través de unos amigos, voluntarios en Ladridos Callejeros, y se dio cuenta de que alguien debía dar voz a toda esa gente que lucha por la protección animal. Este miércoles estrena este largometraje, en el que ha colaborado nuestro director Carlos Rodríguez, en el Matadero de Madrid. Hemos hablado con ella sobre la grabación, protección animal y la ignorancia de algunas personas…

¿Por qué un perro es demasiado humano?

El título de este documental surgió inspirado en la obra del filósofo Nietzsche “Humano, demasiado humano” jugando con el sentido que tiene esta obra y con la situación del perro dentro de la raza humana: Un animal que comenzó a caminar con el hombre y que le ha acompañado en parte de su evolución.

Perro, demasiado humano, en cierto modo contiene un aire de ironía. Pues el documental trata de reflejar cómo el perro nos acompaña de un modo incondicional a pesar de las enormes injusticias que cometemos con su especie.

Esta aventura, traducida en documental, empezó por una visita casual a una protectora. Cuéntanos el proceso desde entonces y cómo ha llegado a ser un proyecto tan consistente.

Recuerdo con cariño el comienzo de este proyecto. Todo empezó porque dos de mis mejores amigos trabajaban de voluntarios en la protectora “Ladridos Callejeros”.

Yo, nunca he sido una activista dentro de la causa animal; siempre he querido mucho a los animales y los he tenido en casa, pero nunca antes me había implicado en esta causa de lleno. Por ello, valoro muchísimo el poder haber conocido este mundo gracias a mis amigos. Les veía tan implicados y tan motivados… que quise asomarme para ver que ocurría por allí, así que un día me fui con ellos a la protectora.

Me di cuenta de una realidad muy desconocida para la mayoría de la sociedad. Una realidad increíble, por su grandeza y al mismo tiempo muy triste. Increíble, por ver como un equipo de apenas 6 personas se hacía cargo y se dejaba la vida por unos 150 perros, haciendo un servicio indispensable en una población; y triste, por ver como el resto de la sociedad no se interesaba por esta entidad en absoluto, encontrando incluso desprecio hacia ellos en algunas ocasiones. ¡Pero si son unos héroes!

Decidí que quería contar esto, quería enseñar al mundo estos rincones y a estas personas que por su implicación en el mundo animal, la vida no les da más tiempo para poder gritarlo en la calle. Es mucho trabajo, nada valorado. Y los pocos que consiguen salir a contarlo, le bajan el volumen del altavoz.

Comencé haciendo fotografías y pintando cuadros, pero me pareció insuficiente. Después pensé en un pequeño vídeo, pero no quería que esto se quedase en algo local. Al final decidí hacer un documental, entonces comenzó esta bonita locura… Porque a esta idea se sumaron muchas voces y manos… poco a poco, pero fue increíble la forma en la que todos nos hicimos uno para conseguir sacar este proyecto. No teníamos dinero, pero lo conseguimos a base de eventos, trabajo… Después cuando vieron que íbamos en serio, encontramos patrocinadores, a los que agradecemos muchísimo su aportación y apoyo.

Creo que es un proyecto sincero. Mejor o peor, pero sincero. Como directora estoy muy contenta en este aspecto, creo que si hay sinceridad, hay poesía.

Reflejáis también la vida en una protectora, Ladridos Callejeros, representando lo que sucede en cualquier asociación de nuestro país. Las personas van a esos centros, cogen a un animal, firman un papel y se marchan. Pero vosotros que habéis estado dentro, mirando cómo terceras personas… ¿Qué se respira ahí, qué se experimenta?

Como comentaba antes, es una experiencia agridulce. Es muy reconfortante, encontrarte rodeada de tantos perros que vienen a ti y que tienen a personas que día a día se preocupan por ellos. Pero después, viene la reflexión sobre esa preocupación, ¿qué implica esa preocupación? El que esas personas no tengan vida social, que se dejen su tiempo libre por y para ello… Y después las instituciones hacen caso omiso de todo ese trabajo. Luego, tras ver que no hay apoyos, observas que solo les queda intentar hacer un cambio de mentalidad en la sociedad para que no haya tanto abandono de perros, pero… ¿aún les queda tiempo para ellos? Por eso reafirmo que es un trabajo de superhéroes, porque lo consiguen e intentan también concienciar.

En el documental reflexionáis las diferentes razones por las cuales un perro es abandonado. ¿A qué conclusiones habéis llegado?

Existe una falta de base en la educación. La conclusión es esa. La sociedad española a veces se deja llevar por tradiciones o “quehaceres” sin cuestionarlos. Hace falta un cuestionamiento, que solo puede adherirse si nos enseñan desde pequeños.

Un problema de “ego” también. Personalmente, siempre aludo a una frase que un día me dijo mi padre: “El hombre es una mala plaga para el mundo”. Pues sí, nos hemos creído el centro, y nos hemos olvidado que en el mundo existen muchas otras especies, a las que no respetamos en absoluto. En ningún sitio está escrito que tengan menos derechos de existir que nosotros, y como personas racionales, deberíamos ejercer como tales y respetarlas.

En una carta, publicada en la web del documental hablas de “difundir nuestro mensaje”. Nosotros queremos ayudar a pasarlo… Cuéntanoslo.

Nunca es tarde para comenzar a hacer las cosas bien. Si hay una mala práctica, por supuesto que hay que denunciarla. Pero no tomar prejuicio sobre la misma, porque nunca es tarde para cambiar. Intentar educar sobre lo educado e intentar abrir mentes. Podemos tomar una actitud de “no desistir” y armarnos de paciencia. Porque nada es imposible. Por ello, este documental también trata de armarse de una búsqueda del problema y mostrarlo para que todo el mundo lo entienda, sin acusaciones directas, pero si mostrando las enormes trabas y dificultades que existen en este ámbito.

¿Te has encontrado con alguna historia especial o alguna demasiado dura durante la grabación que no estaba en el guion?

Muchas. He visto a perros en estados lamentables, aunque no se muestren en el documental. Precisamente queríamos contar el documental de otra manera para no mostrar el dolor directo, y que sea el espectador el que se interese en adentrarse en este mundo descubriéndolo por sí mismo.

También a nivel humano, ver a personas hechas polvo por no tener el dinero suficiente para una operación de un perro, viendo delante de sus narices que el animal iba a morir. Lo peor de todo es que estos casos solían ser de perros maltratados y abandonados. No hay necesidad de esto, quiero decir, es algo evitable. No son accidentes que hayan tenido los propios perros. Son consecuencias de malas personas que les han maltratado, persona con las que convivimos. Es muy duro.

¿Por qué crees que los políticos son “demasiado perros” (por vagos) para poner una ley nacional para acabar con el maltrato animal, donde entre el abandono?

Puede que exista una gran falta de vocación en la política, una falta de empatía en el entorno que les rodea. No se puede generalizar, pero creo que el problema es una falta de investigación, viven en su burbuja sin tener ni idea de los problemas reales. Y eso sí que es un problema, ¿qué sentido tiene entonces ser un político?

Vivimos en tiempos de postureo y de corrupción. Creo que si no lo hacen es por eso mismo, por desinterés, falta de motivación, asentamiento. Realmente nunca me he dedicado a política, no tengo esa experiencia y no puedo dar una certeza absoluta sobre esto. Pero creo también que sería muy fácil hacer bien las cosas, y que si no se hacen es porque no se mira más allá de lo que rodea a su ombligo.

Carlos Rodríguez es uno de vuestros entrevistados. He visto el “detrás de las cámaras” que tenéis en Youtube. ¿Qué tal rodar con él? ¿Qué os ha aportado en el documental?

Conocer a Carlos Rodríguez es otra de las mejores experiencias que nos ha dado este documental, sobre todo ver que existe gente como él en el mundo. No le conocíamos personalmente, pero aceptó nuestra invitación al documental sin pensárselo dos veces, se desplazó hasta Tomelloso (lugar donde grabamos las entrevistas) y convivió con nosotros esta gran experiencia.

Nos ha apoyado, nos ha aconsejado, ha celebrado el estreno con nosotros… Siempre le agradeceremos esta experiencia. El mundo animal tiene mucha suerte de contar con Carlos Rodríguez. Le queremos muchísimo.

Para finalizar, ¿a qué festivales os habéis o vais a presentar?

El documental ha funcionado muy bien en festivales educativos y de tipo medioambiental, hasta el momento hemos sido finalistas en los siguientes festivales:

• Festival de Cine de Castilla La Mancha.

• Festival de Cine Verde de Barichara (Colombia), seleccionados dentro de la categoría Mejor Largometraje Ambiental.

• Festival Cinemafest (México), en el cual optamos a la ‘Orquídea de Oro’ a mejor documental.

• Festival Internacional de Cine de Medio Ambiente (FICMA), Barcelona.

• Seleccionados en el Festival KO & Digital (Barcelona).

• XVI Festival de Cine de Pamplona – Iruñeko XVI Zinemaldia, sección EDUCATIF.

Recientemente, un equipo de traductoras ha realizado los subtítulos del documental en inglés, la idea es moverlo por algún festival internacional; también proyectarlo en alguna sala más a nivel nacional. Estos dos procesos no se alargarán mucho tiempo, ya que nos gustaría publicarlo en internet pronto para intentar que el mensaje llegue al máximo público posible.