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Historia y cuidados de la chinchilla

26 Abr Historia y cuidados de la chinchilla

Tal vez alguno de vosotros empiece a leer este artículo con su chinchilla del alma al lado, o la tenga a la vista mientras ella juega, pero ¿Sabéis cuál fue su origen? Y no nos referimos al de vuestro pequeño peludo en concreto, si no al de esta especie de orejas tan graciosas.

Todo comenzó en los Andes por eso, este pequeño animal de aspecto frágil, es capaz de soportar climas de bajas temperaturas y muy secos, típicos de las más altas cumbres de esta cordillera.

El problema fue que esto llevó a que fuera prácticamente imposible su aclimatación a las ciudades. Si a esto le añadimos la caza indiscriminada debido a su atractivo y lucrativo pelaje, y a que constituían un delicioso manjar para el hombre, tuvimos a esta especie al borde de la extinción  a principios del siglo XX.

Pero llegó el “salvador”, y entrecomillamos porque aún tenía intenciones monetarias sin preocupación por el animal. Un minero chileno consiguió reproducirlas en cautividad destinándose la mayoría a la industria peletera y un pequeño porcentaje (los ejemplares “defectuosos” para ellos) como animal de compañía. Su auge como mascota comienza en los 90 coincidiendo con la decadencia  de la Peletería.

El nombre de familia de vuestra pequeña es Chinchillidae y existen tres géneros de seis especies distinta.

Como podéis observar en vuestro tierno ejemplar no mide más de 20 cm de largo (cola incluida) cuando son adultas, y su peso no es superior a 750 gramos.

Existió una variedad que pesaba 8 Kg pero se extinguió, suponemos que por ser la favorita en los “menús” andinos.

La más conocida es la Chinchilla Lanígera. Destacan sus grandes ojos y orejas, que junto con los bigotes la ayudan a orientarse en la oscuridad. El espectacular pelaje de este roedor presenta una coloración muy específica: cada pelo posee 3 pigmentos, uno gris(base), el blanco(medio) y el negro(punta).

 

CUIDADOS EN CASA

Conocido ya su algo triste pasado, ahora hay que cuidar a la descendencia que tenemos en nuestros hogares de aquellas primeras chinchillas.

La jaula debe ser grande para que pueda trepar y saltar y con espacio suficiente para la bañera de arena, el comedero y el bebedero. Ubicadla en una zona de la casa con baja temperatura y seca.

Seguro que os ha llamado la atención lo de los baños de arena, porque: ¡nunca se deben mojar! La arena la necesitan para eliminar el exceso de humedad del pelaje. Será suficiente colocar la “piscina” una vez al día durante 15 minutos para que pueda practicar su peculiar higiene. La frecuencia depende de las condiciones ambientales en las que estén.

La chinchilla es un animal especialmente sensible al cloro, por lo tanto, tenéis que evitar que el agua del bebedero (tipo botella) sea la que sale directamente del grifo. Un truco: coger agua corriente y dejarla 24 horas en un recipiente sin tapar, así conseguimos eliminar la mayor cantidad de cloro que se usa en su depuración. Si podéis permitíroslo, dadles agua embotellada.

Como buen roedor, cualquier material que no sea metálico acabará destruido por sus incisivos. Evitad el cartón y el plástico. Y para que desgasten los dientes dadles madera prensada, ramas de regaliz…

El sustrato puede ser serrín, madera prensada o heno (este último le ayudará a evitar el estreñimiento).

Hoy en día, existen piensos específicos para ellas, pásate por la colección que tenemos en nuestra tienda. Su aparato digestivo es muy sensible a los cambios, una alteración brusca en la dieta o un pienso inapropiado pueden provocarle diarreas. Ocurre lo mismo con el exceso de “chuches” (frutos secos, manzana, pera…).

Así que dejad las golosinas como premios o refuerzos positivos cuando intentemos enseñarles trucos o ganarnos su confianza.

 

EJERCICIO

Os habréis dado cuenta de que la Chinchilla es un animal muy activo y por ello necesita hacer ejercicio y se han desarrollado una gran variedad de entretenimientos para ellas como:

Sácadla de la jaula para que corra, pero cuidado con los rincones donde no podamos alcanzarla. Lo ideal es un pasillo, pero ¡nunca sin nuestra supervisión!

 

Si después de conocer y encariñaros con esta bonita especie decidís darle un compañero/a, es importante tener en cuenta que se trata de un animal muy territorial (¡como no!) y que no siempre vamos a conseguir evitar las peleen a mordiscos, aunque sean de distinto sexo.

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