Una de las razones por las que el perro es tan buen animal de compañía quizá sea por su facilidad que tienen para expresarse y comunicarse con nosotros. Esta comunicación es muy importante y al entenderla podremos tener una relación más armónica y una interpretación más propia de los sentimientos básicos del animal. Desde ya que no hablamos de palabras, sino que hablamos del lenguaje corporal donde las orejas y la cola son los principales emisores de señales para transmitir miedo, enojo, sumisión, dominancia, ganas de jugar y molestar incluidos.
Es común, como nosotros que el perro tenga miedo ante algunas circunstancias. Para el caso, fue común ver que sus orejas se inclinen hacia atrás y se peguen a la cabeza. Su cola se pondrá entre sus patas traseras y el hocico estará cerrado con la mirada gacha. Quizás cierre los ojos y su cuerpo dejara de estar de pie. Si el miedo es muy fuerte, posiblemente intente huir y esconderse, como en sentir los fuegos artificiales durante las fiestas.
Cuando el perro está enojado es normal verlos más agresivos, con una mirada levantada y el hocico entre abierto. De esta manera se muestra desafiante hacia el estímulo que le produce enojo. Posiblemente Grüna y borda. Es posible que si es un perro agresivo su pelaje se Erice. En este caso, es mejor no mirar a los ojos así no se sienten amenazados.
Si vemos que sus orejas están hacia atrás, mueve la cola y evita la mirada al tiempo que emite sonidos agudos estamos hablando de un animal que se encuentra bajo sumisión. Diferente a uno que se encuentra dominante en poner sus orejas erectas y hacia delante, la cola levantada y el pecho hacia fuera. Posiblemente ladre para mostrarse agresivo.
Cuando quiere jugar, el perro estará algo más relajado que de costumbre. La cola hará vaivenes enérgicamente y jadeará mientras abre los ojos. También es posible que levante su parte posterior mientras tumba el resto de su cuerpo.
Si quisiera llamar la atención es posible que recurra a diferentes opciones, desde poner las patas y su hocico sobre tu cuerpo hasta perseguir por donde fuera.
