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Mi perro tiene miedo a otros perros: ¿qué puedo hacer?

25 Ene

Si en lugar de alegrarse ante la presencia de otro perro, tu can se bate en retirada con las orejas gachas y la cola entre las patas, préstale atención, porque te está diciendo que su emoción no es precisamente de alegría. Enseguida explicaremos el porqué de sus temores y daremos algunos consejos para combatirlos.

El miedo, un mecanismo de defensa

Los perros son animales sociables y a casi todos les encanta jugar y retozar con sus semejantes, pero algunos pueden tener miedo a las personas desconocidas, a las cosas e incluso a otros perros.

Si tu perro es de los que, al encontrarse con otro, lo rehúye, se encoge o le gruñe desafiante, debes saber que, en su lenguaje corporal, está diciéndole: “Aléjate y no te acerques, que desconfío de tus intenciones”.

El hecho de que tu perro tenga miedo no debe frustrarte, ya que se trata de un mecanismo de defensa ante situaciones que percibe como negativas.

La clave reside en saber sobrellevar o reconducir esos temores para evitar que se conviertan en fobias capaces de atormentarlos e impedirles que se relacionen, de forma placentera y sin agobio, con otros perros.

En este post te proponemos varias estrategias para que puedas conciliar, de manera positiva, la relación de tu perro con el entorno que le rodea y, en concreto, con sus semejantes de cuatro patas.

Perros con miedo, causas

Los perros temerosos de otros perros suelen tener razones sólidas para mantener su actitud.

En nuestras manos está el que se perpetúe o se solucione este conflicto y, para conseguirlo, debemos conocer las causas:

1. Malas experiencias

Un cúmulo de experiencias traumáticas, vividas en el pasado, pueden dejar mella en la mente de tu perro, de tal manera que, con el tiempo, degenere en miedo, e incluso fobia, respecto del entorno y los seres que le rodean.

Si tu perro es adoptado, procura averiguar datos relevantes sobre su vida en el refugio y hasta llegar a él, te servirán para emprender la labor de educación. En estos casos, la colaboración de un experto en conducta canina será imprescindible.

2. Falta de socialización

La falta de relación de los cachorros entre sí o con otros perros, o falta de socialización, tiene remedio, aunque la corrección es algo compleja en la etapa adulta y, a menudo, precisa de la orientación de un etólogo o educador canino.

Lo ideal es que la socialización se inicie cuando los perros son aún cachorros, pues es una etapa en blanco en la que los animales empiezan a definir su conducta, sin lastres que los condicionen, como pueden ser los temores por traumas vividos en el pasado.

Un cachorro apenas tiene pasado y, por tanto, es fácil educarlo en la aceptación de los diversos elementos que componen su presente, como son otros perros, pero también: ruidos, automóviles, personas, gatos, pájaros, cobayas u otros animales, juguetes, electrodomésticos, etc.

Para reconducir los temores de nuestros perros adultos, lo primero que debemos saber son sus razones, y como no pueden explicarlas, tenemos que averiguarlas, de una u otra manera.

Una forma de llegar a la raíz del trastorno es anotar, una por una, todas las conductas que nuestros perros perciben como angustiosas.

Este trabajo de campo nos será muy útil para acercarnos al sentir de nuestro perro pero, probablemente, necesitaremos la ayuda de un etólogo o educador canino, para acabar de resolver los conflictos de forma satisfactoria.

“Si tu perro no ha tenido contacto con sus hermanos, ni con otros perros en su más tierna etapa de vida, es comprensible que no esté acostumbrado a relacionarse con sus semejantes y tenga miedo”

3. Temores por una educación mal encaminada

En ocasiones, es precisamente la conducta de los humanos lo que agrava la situación de temor de los perros.

Cuando un perro tiene miedo a otros perros, lo mejor es mantener una posición neutra, apartando al animal de lo que le provoca el temor, pero sin exagerar la situación ni hacer un drama.

En resumidas cuentas, de lo que se trata es de tener mano izquierda para que, poco a poco, el perro miedoso se dé cuenta de que los otros solo quieren jugar con él y que juntos disfrutará mucho más.

Para este viaje sí se necesitan alforjas, ya que es posible que precises de la ayuda de un especialista en conducta animal, como un etólogo o educador canino.

 

Consejos para ayudar a tu perro a no tener miedo de otros perros

Un problema que ha tardado mucho tiempo en gestarse no puede solucionarse de la noche a la mañana.

Que tu perro disfrute con la compañía y la complicidad de otros perros es un objetivo que requiere técnica, paciencia y un período paulatino de adaptación. Sin prisa, pero sin pausa, es posible alcanzarlo.

Veamos algunos procedimientos que te ayudarán en el intento:

Es una técnica que, aplicada a los perros miedosos, da muy buenos resultados, aunque se requiere una gran dosis de paciencia y cariño.

Desensibilizar significa continuar con los paseos y las salidas al parque o la montaña, donde nuestro perro se encontrará con el objeto de sus temores. Cuando esto ocurra, mantendremos la distancia de confort e iremos acortándola progresivamente. Cada vez que nos acerquemos un poco y nuestro perro se sienta tranquilo, lo felicitaremos, y así hasta conseguir disipar todos sus temores.

Otra opción es escoger lugares frecuentados por perros tranquilos para ir subiendo el listón de dificultad con otros canes más impetuosos.

El contra-condicionamiento o condicionamiento inverso, es una técnica pensada para modificar las conductas indeseadas en los perros. Consiste en asociar aquello que le da miedo al perro con algo agradable para él.

Con esta técnica lo que se pretende es que tu perro vaya asociando poco a poco las situaciones inquietantes con experiencias gratificantes; un ejemplo sería jugar con tu perro o darle un premio en el momento en que los otros canes se acerquen; la fórmula: perros cerca + juegos o golosinas = experiencia positiva, es muy efectiva.

Sea cual sea el método, lo esencial es llevarlo a cabo, de manera progresiva, y adaptándolo a las respuestas del perro, con cariño y sin castigos, ya que éstos sólo agravarían el problema.

¡Esperamos que tu perro disfrute con otros colegas y se lo pase “de miedo”, en el buen sentido de la expresión!

 

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